A Borges

Soneto a Borges N° 1

Espíritu omnisciente. El laberinto
sutil de la palabra y de la idea,
es pauta del hacer que te recrea
en cada concepción, uno y distinto.

Señor de tantas muertes; el instinto
fue mucho más que acero en tu pelea;
y en el arco del tiempo te pasea
dominador cabal de su recinto.

No sabré nunca quién, si tú o el otro,
me incita a cabalgar en ese potro
que, libre, se desboca en los renglones.

Y cuanto más te admiro, más me asombra,
que hayas podido acaparar la sombra…
para inundar de luces mis rincones.

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