Navidad I
“Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle.”
(Mateo 2,2)
Libre de sombras fue la noche aquella
signada como buena por sus dones,
pues si la luz del orbe hizo una estrella
un Dios Niño encendió los corazones.
Menoscabo de Sí con el que sella
la Majestad del Verbo sus perdones,
que cuanto más declina más descuella
enseñándole al Hombre perfecciones.
Veinte siglos después y renaciendo
en cada Nochebuena vigilada
la Gracia de su Amor sigue ofreciendo…
Y al contemplar la Estrella señalada,
hasta el más pecador va presintiendo
su turbia pequeñez, purificada.
1983
Excelentes!!! Como siempre!!!
¡Muchas gracias, querido Carlos! Los seguiremos disfrutando como antaño, y ahora todos juntos en este lugar que permite la Internet. Un abrazo cordial.
Fui feliz destinataria de alguno de sus hermosos poemas. Que decirle a un grande, solo palabras de agradecimiento.
Muchas gracias por tu comentario, querida Elena.