Redención
Cuando, cada mañana, me despierto
volviendo de ese limbo que es el sueño,
mi humana esclavitud con terco empeño
retorna al curso de su andar incierto.
Incursiona el error más que el acierto.
Más le acecha el dolor que el dulce ensueño
y a causa de su torpe desempeño
suele hallar hecho erial lo que fue huerto.
Y sin embargo, fuerza es de su sino
que siga imperturbable su camino
y confíe en el premio prometido…
Que aunque le rinda la flaqueza humana,
le asiste la esperanza que mañana
se trueque en vencedor el hoy vencido.
Nota del Revisor: “suele hallar hecho erial lo que fue huerto”. ¡Qué verso maravilloso!