A Raúl Soldi

Al admirado maestro RAÚL SOLDI, dedicamos con devoción y afecto este poema, como homenaje y testimonio de la visita realizada a la Fundación Santa Ana de Glew en compañía de nuestras esposas y amigos dilectos.

Un tiempo hubo, remoto, en que un osado,
por amor y piedad de su criatura,
desafió de los dioses la bravura
hurtándoles el fuego, que es sagrado.

Habita en este tiempo un destinado
que, poniendo su vida en la aventura,
toma del cielo, para su pintura,
forma, luz y color incomparados.

Adviértese que aquel fue encadenado
a atroz tormento por su travesura.
Este, de hoy, por los dioses fue juzgado,

mas tal concierto hallaron en su hechura,
que por verse en sus obras reflejados
hasta le han concedido su figura.

Glew, 8 de mayo de 1982.


Notas del Revisor:

  1. Interesante la contraposición entre el mito de Prometeo y el pintor, donde por su osadía el primero es castigado, pero el segundo premiado.
  2. La visita citada fue una excursión organizada por el Rotary Club de Constitución a la iglesia de Santa Ana, sita en el pueblo de Glew, provincia de Buenos Aires, Argentina. En la capilla se encuentra el tesoro de frescos pintados por el gran pintor argentino Raúl Soldi, que retratan escenas de la vida de Santa Ana, madre de la Virgen María, recreadas en el propio pueblo de Glew.
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