Apocalipsis 3:20

Llega a tu soledad con esperanza
de revelarte el único camino…
En la luz de sus pasos, peregrino,
alcanzarás la bienaventuranza.

¡El viento de la noche es una lanza!
La mano justiciera del Divino
percute el aldabón de tu destino:
Él espera que abras sin tardanza.

Ha cubierto su llaga del costado
con sayal vestidura mendicante,
¡oh! clara potestad de poesía…

Y en la hora de juicio y profecía
ha llegado, puntual y suplicante,
a premiar tu piedad de recobrado.

LUIS B. URIBURU


Nota del Revisor: Ap 3:20: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”.

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