El sicario
(A propósito de la película de Pilar Miró “El crimen de Cuenca” y de toda lesión a la dignidad humana.)
Contra un ser indefenso y prisionero
ejerces tu cobarde valentía
y en su carne te cebas, a porfía,
con el furor de un buitre carroñero.
Cometes vil escarnio de su fuero
humano, con perversa alevosía,
y te dedicas a la turbia orgía
de sangre y de dolor, con cruel esmero.
Haciendo una parodia del exceso,
la pena va delante del proceso.
Mas…, piadoso creyente o ciego ateo
te admitas, y aunque medie tu disgusto,
ha de dictar UN JUEZ, con fiel más justo,
quién es el inocente y quién el reo.