Lucero (A Juan Pablo Martini)

A Silvia y Norberto MARTINI, en celebración del nacimiento de su hijo JUAN PABLO, rogando que la bendición del ALTÍSIMO ilumine sus días.

En la infantil quimera de los sueños,
poseer un lucero era el más vivo,
pues su fulgor y mágico atractivo
sobrada era razón de los empeños.

Al transcurrir los años, los ensueños
tornaron en sus metas de objetivo,
mas, muy dentro, mantúvose furtivo
el afán inocente, sin domeños.

Así es como, de pronto, en halagüeños
pulsos de vida vuélvese efectivo,
y la ilusión de ayer, por donativo,

de aquel lucero nos transforma en dueños.
¡Premiado fue el afán de conquistarlo
y lo llaman JUAN PABLO; para honrarlo!

13 de octubre de 1981

Nota del Revisor: redescubierto en la carpeta de poemas y escritos. Cabe la misma reflexión del poema anterior respecto al nacimiento de un niño cercano. Silvia Necchi, madre de Juan Pablo, era hija de Laura y Orestes Necchi. Doña Laura era tía de mis tíos Caputo, primos hermanos de mi padre. Don Orestes fundó Necchi Agroganadera, que tenía campo y sede en Wheelwright, provincia de Santa Fe. Para el tiempo en que fue escrito este soneto, Don Orestes había fallecido y sus hijas (Silvia y Tita) heredaron la empresa familiar, siendo mi padre el contador y auditor externo de la firma.

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