Navidad IV

Que el espíritu profundamente humano y ecuménico de la Navidad, nos reconcilie con el sentido de la comprensión y la convivencia fraterna.

Traerá la noche al descorrer el velo
del sueño, a la vigilia su contento,
y quien fuera expatriado e irredento
alcanzará la Gracia del consuelo.

Han de seguir sus pies hollando el suelo;
continuará, tal vez, su aturdimiento,
mas del Verbo el Humano advenimiento
le pone en el camino de otro Cielo.

Y siendo Rey de reyes, su boato
es el rústico ambiente del establo,
allí donde el pastor guarda su hato.

Del fiemo y lodo, la Divina Esencia
alza para los siglos el Retablo
por el que salva el hombre su indigencia.

1987

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