Tiempos

A mi amado hijo FABIO.

Sabes, Fabio, hay un tiempo señalado
para cada estación de la existencia.
Hay un tiempo de infancia e inocencia
y otro, de despertar ilusionado.

Habrá un tiempo de vértigo asombrado
y otros habrá, en que prive la paciencia.
Tiene un tiempo también la impertinencia
como lo tiene el juicio sosegado.

Tiempo tiene el amor apasionado.
Arrastra un tiempo la vulgar violencia,
más siempre triunfará la transparencia

de un tiempo de candor emocionado.
¡Y será el mejor tiempo, el más preciado,
aquel tiempo de paz con tu conciencia!

Noviembre de 1981

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