Juego

(Al salir, camino de la escuela.)

Era un juego inocente. Cada día
al cruzar el umbral de la mañana
volver al cielo la mirada ufana
dejando transcurrir la fantasía.

Si la luz de arreboles se teñía:
— “La sonrisa de Dios que la engalana
es para el orbe muestra soberana”;
dictaminaba nuestra teología.

Si de pequeñas nubes se cubría
que semejaban al vellón de lana:
— “Hoy pasta su majada comarcana”:

reflexionaba nuestra niñería.
Y un lunes, con simpleza cotidiana,
mi juego se quedó sin compañía.


Nota del Revisor.: Hebe falleció un día lunes.

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