Navidad XIII
(A Belén)

Derramaré ante vosotros, en ofrenda del Señor, esta agua del pozo de Belén que trajeran mis valientes para calmar mi sed, con riesgo de sus vidas, para que Él proteja nuestra empresa y nos conceda el triunfo sobre nuestros enemigos.”
Rey David (c. 1060 a.C.)

Diez siglos antes, por la sed rendido
en medio de una lucha fragorosa,
un Rey Pastor clamó a la generosa
frescura de tu fuente, compungido.

Desde que diste luego al Elegido
patria, cuna y hogar, tierra azarosa,
son aguas de otra fuente milagrosa
bálsamo para el hombre estremecido.

Fama es que de Belén los manantiales
conviertan en edenes los eriales.
Deja que rebosante esa corriente

— quizá surtida en la plateada Luna —
entre el cielo y la tierra haga de puente
brotando su caudal desde LA CUNA.

1996

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