Nosotros
A mi esposa.
Hoy pensé en nuestra vida, en las horas comunes
que grabaron los signos de la historia plural,
y me fue concedido que sólo tú reúnes
los distintos fragmentos del sentido total.
Tu espíritu indomable quiso hacernos inmunes
ante las asechanzas de este reto agonal,
mas el destino veda que resulten impunes
aquellos convidados al ágape vital.
Tus manos, que supieron de malas y de buenas,
repartiendo las dichas te guardaron las penas.
Como prueba y ejemplo en que el amor descuella
edificaste un Hijo y encendiste una estrella.
En suma, y si concluyo de mi cargo exculpado
será por cuanto hiciste…, ¡y por haberte amado!
Nota del Revisor: este soneto es una carta de amor a la dedicataria, con códigos que eran mutuos. El segundo cuarteto puede resultar oscuro para quien no conoce la historia de sufrimiento del matrimonio. El reto agonal fue seguir viviendo luego de la muerte de su hija Hebe. La esposa del poeta, mi madre, asumió una actitud estoica aunque estuviera destrozada por dentro; el poeta, mi padre, en cambio, se sumió en la depresión y la desesperación, tal como se aprecia en los poemas a la hija muerta. Este segundo cuarteto significa que a pesar de la valentía de la esposa en afrontar la vida diaria y llevar las riendas del matrimonio, cosa que él reconoce abiertamente, ninguno de los dos sobrevivientes salió indemne de la situación. En el segundo terceto: ” edificaste un Hijo y encendiste una estrella” se refiere a los hijos: el hijo soy yo, y la estrella es mi hermana Hebe en el Cielo.